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miércoles, 17 de enero de 2018

Clases Particulares con tu profe de aula ¿Si o No?

Hace 7 años que doy clases de física formalmente en colegios privados y recientemente me animé a dar clases particulares de física a domicilio y online. Dar clases en un salón de 30 estudiantes o más, es muy distinto que dar clases a uno o dos chicos directamente. En el primero debe existir un balance para todas las formas de aprendizaje, que yo llamo flexibilización de la enseñanza. En el segundo me enfoco en lo que mejor resulta con el estudiante y pongo todas mis energías en ello. Al principio pensaba que dar clases particulares es desmeritar o desprestigiar el trabajo del docente de aula, pero hoy pienso en lo equivocado que estaba.

Las clases particulares tienden a verse como un refuerzo o preparación especial con un fin único: alcanzar los objetivos que el profesor de aula plantea pero que el estudiante no logra alcanzar satisfactoriamente en las clases convencionales del docente de aula. Lo anterior es solo una forma de abordar las clases personalizadas, debido a los diferentes intereses que puede tener el estudiante que pide las tutorías guiadas. Entre las diferentes motivaciones que puede tener un estudiantes pueden estar:
  • Aprobar la asignatura.
  • Aprobar un examen.
  • Alcanzar notas excelentes en una evaluación.
  • Alcanzar calificaciones excelentes en la asignatura completa.
  • Comprender cuestiones que el docente no explica en aula.
  • Comprender cuestiones que van más allá de lo que el docente plantea en el aula.
  • Practicar con un asesor especializado.
  • Fortalecer falencias que no están planteadas dentro del plan de la clase del docente de aula.
  • Estudiantes que tienen afición por la asignatura y desean conocer temas que no cubre el docente de forma paralela. ¡Si! Existimos personas que nos apasiona la física.
  • Orientar los contenidos que ve en aula de una forma alternativa motivado a planes de estudio futuros o paralelos, como la preparación preuniversitaria, por ejemplo.
  • Y un largo etcétera que va más allá de lo académico de corto plazo.

Por otro lado, en las clases de aula se presenta un dilema ético al darle clases personales a chicos a los que doy clases formales/grupales en el colegio: ¿Eso está bien o es correcto?. Este dilema se menciona de forma global, y considero que el dilema no está en dar clases particulares per sé, sino en evaluar de igual manera al que ve clases solamente con el grupo y al que pide clases personalizadas. Allí existe el fantasma del ventajismo, ya que yo diseño una evaluación para un estudiante que me ve 4-6hrs a la semana y aplico la misma evaluación a otro que me vería 6-8hrs a la semana, siendo modesto.

Lo último plantea una preparación preferencial de unos frente a otros, aunque dicha preparación no es garantía de superación, es una variable importante a tomar en cuenta. Ahora hago la siguiente pregunta: ¿Todos los estudiantes DEBEN recibir la misma atención y preparación ante una evaluación?. Mi respuesta a lo anteriormente planteado y tomando en cuenta mi experiencia en aula y en el baile es que los estudiantes NECESITAN UNA ATENCIÓN DIFERENCIADA que atienda a sus necesidades particulares.

El último planteamiento se ve con naturalidad en el mundo del baile, particularmente en el baile social, recordando que soy instructor de Salsa Casino con casi 11 años de experiencia. De hecho, está atención diferenciada, y no necesariamente preferencial, es promovida y aceptada entre los compañeros de un mismo grupo de baile que avanzan en un mismo nivel a un mismo ritmo.
Adicionalmente, está uniformidad de avance y ritmo de todo un grupo, se logra gracias a la atención diferenciada que se da de forma personalizada a los estudiantes que lo necesiten y soliciten.

A pesar de que en el baile esto es natural, y remunerado de forma adicional, en el mundo de la academia tradicional esto no es bien visto y existe mucho recelo en que un docente de aula de clases particulares a sus estudiantes regulares, mucho menos si estas asesorías son pagas. Esa brecha se funda en las acciones poco ético-morales de algunos docentes que manipulan la evaluación para sacar provecho económico de estudiantes con necesidades educativas especiales o simplemente manipulables. La prevención fácil es: no lo hagas, no le des clases particulares a tus estudiantes regulares.

Sin embargo, y confiando en mi ética laboral y la de mis colegas, espero que en un futuro se pueda personalizar la enseñanza y remunerar proporcionalmente esa personalización de la enseñanza, sin más atenuantes que la voluntad del estudiante de recibir clases adicionales a la educación formal, está última educación que debe transformarse a las necesidades del presente y evolucionar con las características sociales que separe el futuro a mediano y largo plazo.

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